El alzheimer es una de las enfermedades más comunes dentro de las demencias entre las personas mayores. Esta enfermedad afecta de manera aguda a la capacidad que tienen las personas de llevar a cabo las actividades cotidianas.
Es una enfermedad que comienza lentamente. Empieza afectando a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas que lo padecen tienen dificultades para recordar aquello que ocurrió recientemente o nombres de personas cercanas a ellas. Esto se debe a que se produce un deterioro cognitivo leve.
Con el tiempo lo síntomas del alzheimer se agravan, hasta llegar a no reconocer a los familiares, tener dificultades para hablar, leer o escribir y suelen olvidarse de realizar actividades diarias como pueden ser el cepillarse los dientes o peinarse. El empeoro de los síntomas, en ocasiones, viene acompañado de un comportamiento ansioso o incluso agresivo hasta llegar a un punto en el que precisan cuidados totales.
El alzheimer no tiene una prueba exacta para ser diagnosticada, en el momento en el que una persona presenta síntomas de la enfermedad, se le realizan distintas pruebas para descartar que estos estén provocados por otro tipo de demencia. Además de esto, existen médicos o neurólogos que se especializan principalmente en esta enfermedad.
Es una enfermedad que se da, normalmente, en personas mayores a 60 años y el riesgo de padecerla se agrava si se tiene antecedentes en la familia. Aunque es una enfermedad que se está estudiando, a día de hoy no existe ningún tratamiento capaz de curarla, sin embargo, sí existen ciertos fármacos que consiguen retrasar, durante tiempo limitado, su avance.
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